domingo, 30 de diciembre de 2007

ALAJAR


Alájar asalta al viajero entre bosques de castaños y alcornoques con su espectacular monumento natural, la Peña de Arias Montano.
Las numerosas y pintorescas aldeas engullidas por la frondosidad de la zona acompañan a esta bella población de Alájar, que se sitúa en el corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
La riqueza de sus manantiales y fuentes han moldeado un municipio que sus vecinos han sabido mantener inalterable y engrandecerlo con tradiciones y manifestaciones culturales de gran renombre en la Sierra. Un ejemplo de ello es la Romería de Nuestra Señora de los Ángeles, fiesta grande de la localidad y romería de la Sierra por excelencia.

HISTORIA


Aunque existen indicios de la presencia prehistórica del hombre en Alájar, pues la "Sillita del Rey" se ha considerado un testimonio de arquitectura megalítica (Moreno Alonso, 1979; 86) y las oquedades del término facilitarían un hábitat troglodítico, hasta la época romana no encontramos una ocupación intensa del término.
En el siglo V parece que San Víctor vivió en la peña de Alájar, y hay bastante acuerdo en la presencia constante de eremitas y anacoretas, atraídos por la belleza de los parajes de esta sierra.
La leyenda de este territorio se hace realidad en la época musulmana, que le bautiza con el nombre de Alájar, que etimológicamente significa piedra.
En la reconquista, Alájar fué tierra de frontera y litigio entre las coronas de Castilla y Portugal, interviniendo en su toma la orden militar de santiago, quien la obtuvo como lugar de señorío. Un núcleo importante se asentó en los Montes Orullos, donde se construyó la iglesia dedicada a San Bartolomé.
Desde estas fechas Alájar se va a erigir en asentamiento de mayor vitalidad, reseñado por la construcción de la iglesia dedicada a Nuestra Señora de los Angeles de la Peña, lugar que enlaza con la corriente telúrica de lo sagrado.En 1559, don Fadrique Enrique de Rivera, duque de Alcalá, compraba los lugares de Galaroza y Alájar.
Por la misma fecha, don Benito Arias Montano, famoso humanista, convertía la Peña en atalaya de recreo y meditación. En 1640 Aracena y sus aldeas pasan al señorío del Conde Duque de Olivares.
En estos siglos, los señores ejercen su presión tributaria sobre Alájar, y la misma ciudad de Aracena la presiona en exceso, hasta tal punto que la relación continuada de vejaciones, así como el cobro de los débitos reales y penas, provocaron la huida de varios vecinos a otras partes. Estas razones obligan, con unos bríos inusitados, a pedir continuamente su independencia de Aracena.
En 1700, reinando Carlos II "el Hechizado" y con el consentimiento del señor de Alájar, Marqués de Leganés y principe de Aracena, se le otorgó el título y condición de Villa.
La consolidación de Alájar se realiza en el siglo XVIII. La economía rural se diversificó con un sustancioso incremento de la actividad ganadera y la presencia de comerciantes que eran necesarios "por no producir la tierra para mantener a tanta gente". En 1752 el catastro del Marqués de la Ensenada contabiliza 397 vecinos, y en 1786 el censo de Floridablanca las eleva a 1.875.
En 1857, la rebelión de las minas de San Miguel en Almonaster estuvo protagonizada por naturales de Alájar y fue una revuelta elemental contra la miseria. De esta forma se abren las puertas a un siglo XX presidido por la agonía de un pueblo que abandona su tierra.

CULTURA Y FESTEJOS

El ciclo festivo de Alájar se centra en su fiesta estrella, la Romería de Nuestra Señora de los Ángeles. Esta tiene lugar en la ermita que lleva su mismo nombre en la Peña de Arias Montano.
La víspera de la romería comienzan los actos festivos. Desde Alájar parte “El Poleo”, una comitiva de vecinos y autoridades civiles y religiosas, hasta llegar a la Peña. La madrugada del 8 de septiembre numerosas hermandades de distintos pueblos peregrinan hasta Alájar en carrozas, a caballo y a pie.
Una vez que han llegado las hermandades filiales se celebra la procesión por todo el recinto.
Cuando terminan las celebraciones en la Peña, los vecinos de la localidad continúan la festividad en el pueblo hasta el “Día del Voto”, que tiene lugar el domingo siguiente al día de la patrona.
Las otras romerías que tienen gran aceptación en Alájar son la de la Virgen de la Salud y la Romería de San Bartolomé. La primera se celebra el último domingo de agosto en la aldea de los Madroñeros.
La Romería de San Bartolomé acontece el sábado y domingo anteriores al 24 de agosto. Un cortejo parte desde Alájar a la ermita. El camino se hace más llevadero gracias a un refrescante ponche que es degustado por los romeros. Una vez en la ermita tienen lugar actos religiosos y lúdicos. Destaca entre ellos una capea en un antiguo coso de piedra.
La gastronomía local está centrada en los productos que los vecinos extraen de las fértiles huertas que rodean la población y los manjares derivados del cerdo ibérico elaborados en las matanzas caseras.
Algunos de los platos tradicionales son los guisos, migas y la sopa serrana. En repostería destacan los pestiños, flores, piñonates y postres elaborados con castañas, fruto indispensable en otoño.En cuanto a la artesanía, se ha recuperado algunas actividades tradicionales tales como la cerámica, la marroquinería y la fabricación manual de taburetes hechos de corcho, materia prima muy abundante en la zona.

No hay comentarios: