sábado, 29 de diciembre de 2007

ALMONASTER LA REAL


Pueblo milenario con un patrimonio arquitectónico muy amplio que le ha hecho merecedor de su declaración como Conjunto histórico-Artístico.
Más allá del valioso patrimonio, está el encanto de sus calles y vecinos que han conservado con mimo estos valores, por lo que la población sorprende al visitante que aún no lo conoce.
El municipio conserva además un ambiente tranquilo y apacible. Esto permite disfrutar de sus numerosos atractivos, muchos de ellos poco conocidos, dada la diversidad de paisajes y la extensión del poblamiento, en el que abundan aldeas y poblados mineros.

HISTORIA

El origen de Almonaster se relaciona con un establecimiento religioso de la época visigoda próximo al actual fortaleza. Este asentamiento fue ocupado prontamente durante la dominación musulmana.
La ocupación musulmana dota a la ciudad de mezquita en el Siglo X y de una población circunscrita al recinto amurallado. En 1267 Almonaster pasa, junto con el resto de la Sierra, a formar parte del alfoz de Sevilla, viéndose inmersa en las refriegas fronterizas con el reino de Portugal.
Almonaster cambió numerosas veces de status y propietario. Fue señorío eclesiástico entre 1285 y 1574, villa de realengo hasta mediados del siglo XVIII, en que es vendida a un privado, para recuperar la corona su soberanía a finales de este siglo. A lo largo de estos años de ocupación y repoblación, los habitantes de Almonaster abandonan la fortaleza y el caserío se extiende al llano próximo, lo que aumenta la población de las "cortes" o aldeas agrícolas.
En el siglo XIX, el municipio pasa a depender administrativamente de la recién creada provincia de Huelva y se inicia, ya en la segunda mitad la explotación de los recursos mineros existentes al Sur del termino. Se originan allí numerosos núcleos de población, algunos con vida efímera, y otros que subsisten pese haber sido clausuradas las minas.

CULTURA Y FESTEJOS


Las fiestas de la Cruz son quizás una de las manifestaciones folclóricas más atractivas de la Sierra. Se celebran en Almonaster el primer fin de semana de Mayo, en la aldea de Veredas el segundo, y en la de Agua Fría el último de Abril (Estos dos son variables). El ritual de las fiestas de las cruces de Almonaster es muy complejo, con características diferentes entre la Cruz del Llano y la de La Fuente, pero tienen como factor común el rico y competitivo exorno que realizan de las cruces y aledaños, el protagonismo de la mujer en estos rituales y la riqueza y colorido de los cortejos que tiene lugar en la mañana del domingo.
La fiesta tiene distintos momentos, el domingo de chubarba, la tarde de flores, la noche de los pinos, el romero o domingo de cruces -que es el acto más vistoso-, el lunes de cruces y las giras, en un largo y complejo ritual.
La romería de Sta. Eulalia, el tercer fin de semana de Mayo, congrega a cientos de forasteros, lo que le otorga rango de fiesta supralocal. El sábado en Almonaster es "el poleo" o traslado del simpecado en una larga peregrinación hasta la ermita, situada a 20 kms. al Sur. Buena parte de los Almonastereños pernoctan en la aldea que se ha configurado en torno a la ermita.
Respecto a los recursos gastronómicos, destacan la calidad de los productos derivados del cerdo ibérico, así como los quesos de cabra elaborados artesanalmente en las aldeas, la miel y el anís y los licores fabricados en la Estación de Almonaster en la destilería Anisados La Hormiga. Entre los platos típicos, las sopas de olores, la sopa de carnaval, el adobao, el guiso de pobre, tortas del cura, perrunillas, pestiños, rosas y magdalenas.

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